El polen de abeja es uno los productos apícolas que se ha incorporado más recientemente por ser rico en nutrientes esenciales.
Lo producen las abejas a partir del polvillo fino que recogen de las flores y que luego mezclan con su saliva, néctar y miel regurgitada, dando como resultado un producto en forma de gránulo.
Generalmente, es de color amarillo-ocre y varía en función de la especie vegetal de la que procede.
Se puede tomar solo o disuelto en infusiones, café, leche, zumos, mezclado con yogur, mermelada o cualquier otro alimento que sirva de base líquida o semilíquida.
Se recomienda moler los gránulos de polen antes de tomarlo para favorecer su asimilación.
Especial atención a aquellos casos con alergia al polen, ya que, aunque no es frecuente, se ha reportado algún caso que ha presentado una reacción alérgica aguda tras la ingesta de polen de abeja.
Polen de abeja