Agregar el ají siempre al comienzo de la preparación para que vaya desprendiendo su sabor.
Su sabor picante es provocado por una sustancia llamada capsaicina, que genera irritación en el paladar.
Y aunque un consumo masivo de su variante más fuerte puede llegar a generar dolor de estómago e incluso gastroenteritis, el ají cuenta con propiedades analgésicas y anticancerígenas.