Los nuevos superalimentos llegan para quedarse. Aunque muchos de ellos siempre han estado en nuestra vida, es ahora cuando estamos conociendo todos los beneficios que nos aportan al organismo. Y entre ellos, sin duda, destaca la cúrcuma, una de las especias que desde hace unos años está dando mucho que hablar por sus características y por los beneficios que detrás de ella se esconden. Y como te puedes imaginar, ¡la tenemos a tu disposición en nuestra tienda online de productos a granel!
¿Te quedas para descubrir qué se esconde detrás de este polvo dorado?
Si todavía no conoces todos los beneficios que tiene para tu salud o no sabes muy bien cómo usarla en tu cocina, sigue leyendo. Te daremos todas las claves para sacar el máximo partido a esta deliciosa especia: qué es, de dónde proviene, para qué sirve, cómo utilizarla en la cocina, qué nos aporta a nuestro organismo, etc.
Qué es la cúrcuma
La cúrcuma (cúrcuma longa) es una planta herbácea, procedente de zonas cálidas con gran pluviosidad (sudeste asiático), que pertenece a la familia de las zingiberáceas, como el jengibre.
Aunque su forma más habitual es en polvo, la cúrcuma procede del rizoma de una planta de la misma familia que el jengibre, es decir, de su tallo subterráneo. Se cosecha en otoño, cuando las hojas de la planta comienzan a marchitarse, pudiendo usarse igual que el jengibre, pelándolo y rallándolo sobre los platos que queramos aderezar.
Para obtener su formato molido, este rizoma, cuyo interior es de un color naranja intenso, se hierve para eliminar su corteza, se deja secar entre cinco a siete días y después se muele, dando lugar a este ingrediente imprescindible que puede acompañar a todo tipo de platos, tanto dulces como salados, además de bebidas e infusiones.
No se sabe bien la procedencia principal de la cúrcuma, pero se cree que pudo ser Asia. Hoy día podemos encontrar muchos países que se suman a su cultivo, como India, China y Vietnam, aunque también podemos encontrar denominaciones en Indonesia, Brasil, Nicaragua, Perú y Hawái.
En cuanto a su nombre, deriva del arábigo antiguo. También es conocida por otras denominaciones que a buen seguro habrás escuchado en algún momento: tumeric, azafrán indio, palillo o, la que a nosotros más nos gusta y que la define en todo su esplendor, especia dorada.
Esta especia oriental de aroma intenso, amargo y algo picante, además de ser muy apreciada porque ofrece una gran versatilidad gastronómica, se ha puesto muy de moda gracias a sus propiedades antiinflamatorias, coleréticas, anticancerígenas, de tónico digestivo, entre otras. Por ello, en la actualidad no solo es un condimento dietético o colorante, sino todo un nutracéutico con múltiples beneficios que permiten considerarla como la reina de las especias.
Eso sí...
¡Atención cuando la manipules! Su intenso color puede ser difícil de quitar de la piel si no se usan guantes…
Propiedades de la cúrcuma
Los compuestos de la cúrcuma, llamados curcuminoides (la curcumina, la demetoxicurcumina y la bisdemetoxicurcumina), le otorgan grandes propiedades medicinales a esta especia.
Igualmente, sus aceites volátiles (turmerone, atlantone y zingiberene), proteínas, resinas y azúcares, también contribuyen a su poder sanador. Además, para completar su perfil de ‘reina de las especias’, también contiene fibra dietética, vitaminas C, E y K, niacina, sodio, calcio, potasio, cobre, magnesio, hierro y zinc.
Una de las principales propiedades que se le atribuyen es ser un potente antiinflamatorio, hasta el punto de que la llaman el ibuprofeno natural. Los curcuminoides que tiene la cúrcuma le confieren grandes propiedades antiinflamatorias, llegando a ser casi tan efectiva como algunos medicamentos antiinflamatorios, pero sin los efectos secundarios de los mismos.
Por esta razón, es recomendada para trastornos en los que exista inflamación, como trastornos menstruales, enfermedad de Crohn, enfermedades del intestino, colon irritable, colitis, artritis, síndrome del túnel carpiano, obesidad, etc.
Otra de sus cualidades más importantes se encuentra en su alto poder antioxidante natural. La curcumina reduce los niveles de glucosa en sangre y puede prevenir algunas complicaciones asociadas a la diabetes. A este efecto antioxidante se le ha encontrado relación con distintos tipos de cáncer, pues parece que previene la aparición de células cancerosas.
Sorprendentemente, este rizoma contiene, al menos, diez componentes anticancerígenos, sobresaliendo la curcumina y los betacarotenos. Estos elementos tienen propiedades protectoras ante varios tipos de cáncer, entre los que se encuentran el cáncer de colon, de piel, de mama y el cáncer del duodeno. Además, ayuda notablemente al organismo a resistir los efectos de los medicamentos debilitantes y de tratamientos fuertes como la quimioterapia.
Adicionalmente, al atribuírsele propiedades antiinflamatorias y digestivas, se considera que esta especia podría ser beneficiosa en el día a día, puesto que facilitaría los procesos de digestión, prevendría o aliviaría inflamaciones y otras molestias leves. En estos últimos años se ha descubierto que tomar una cucharadita de cúrcuma al día equivale a hacer una actividad física. Pero esto no es tan simple… Para ello hay que llevar una vida sana y equilibrada, puesto que la cúrcuma ayuda, pero no hace milagros.
No se quedan en los narrados anteriormente los beneficios de la cúrcuma para nuestro organismo, podemos seguir enumerando muchos más:
- Refuerza el sistema inmunológico.
- Mejora nuestra piel, ayuda en la cicatrización, en las quemaduras solares y puede resultar útil en el tratamiento de la psoriasis, el acné, esclerodermia, vitíligo.
- Equilibra el sistema digestivo.
- Reduce el colesterol malo y los triglicéridos, previniendo así de forma natural enfermedades cardiovasculares como los infartos.
- Ayuda en casos de depresión leve u otros trastornos relacionados, reduce los niveles de estrés al producir un aumento de serotonina.
- Es hepatoprotectora, estimula la función del hígado y ayuda a desintoxicarlo.
- Reduce la presión arterial.
No obstante, nadie es perfecto, ni siquiera la dorada cúrcuma…, y, a pesar de todas estas propiedades, también presenta contraindicaciones, aunque no son tan extensas de narrar:
- Si se ingieren grandes cantidades, nos podrá provocar irritación digestiva, ya que la cúrcuma estimula la producción de ácido gástrico y habrá a quien le pueda afectar a nivel digestivo.
- Las personas que toman medicamentos anticoagulantes deberían evitar consumir cúrcuma, puesto que una de las propiedades purificantes de la cúrcuma es que puede hacer que sangres con mayor facilidad.
- Las mujeres en estado de embarazo deben evitar tomar suplementos de cúrcuma, ya que esta puede estimular el parto.
- Si tienes problemas graves en la vesícula, es mejor que no utilices la cúrcuma, puede provocarte un dolor cólico.
Otro problema que presenta esta especia es su absorción en nuestro metabolismo, pero tiene fácil solución. Por sí sola no se absorbe completamente, pero en el momento en que esta especia se acompaña con pimienta negra o con una grasa, como puede ser el aceite de oliva, el metabolismo la absorbe al 100%. Así que no lo olvides, ¡la cúrcuma siempre deberá de ir acompañada!
Cómo utilizar la cúrcuma en la cocina
La cúrcuma es una especia muy versátil que se puede usar en multitud de recetas. Sirve para guisos, potajes de legumbres (en los que ayuda a reducir las flatulencias), pastas, verduras, arroces o sopas, carnes o pescados a la plancha y/o como aderezo en revueltos o fritos. También es utilizada en batidos e infusiones.
Es importante que no incluyas la cúrcuma en tu receta antes de tiempo, puesto que la cocción destruye los curcuminoides, que son los principios activos de la cúrcuma. La mejor forma de utilizar la cúrcuma es al final de la cocción, más o menos entre uno y tres minutos antes de apagar el fuego, o bien en alimentos en crudo cuando realices una vinagreta, mayonesa casera, un gazpacho o incluso en sándwiches. Igualmente, como te decíamos anteriormente, es interesante combinarla con la pimienta negra porque la piperina, la sustancia picante de la pimienta, aumenta la absorción de los curcuminoides y así podrás disfrutar en mayor medida de sus beneficios.
Coge lápiz y papel para triunfar en estos días calurosos con tu familia o amigos
A continuación te vamos a dar unas recetas sencillas, ideales para esta época veraniega y que no te llevarán mucho tiempo realizarlas, donde la estrella será la cúrcuma y que, con seguridad, repetirás en más de una ocasión.
GRANIZADO DE CÚRCUMA
Seguro que has escuchado hablar de la bebida de cúrcuma llamada cúrcuma latte, ¿no? Pues hoy te traemos la receta para el verano…
Ingredientes:
- 1 litro de leche de almendras (puede servir cualquier leche del tipo vegetal o leche de vaca).
- ¼ de taza de azúcar de coco.
- 3 cucharadas de cúrcuma en polvo.
- 1 pizca de pimienta negra.
- 1 plátano grande congelado.
- ½ cucharada de esencia de vainilla.
- 200 ml de leche de almendra (para el helado).
Preparación:
- Batir 1 litro de leche de almendras, el azúcar de coco, la cúrcuma y la pimienta negra.
- Seguidamente, sirve ¾ partes en moldes para hielo, congela y reserva el resto.
- Para el helado, bate el plátano con la vainilla y 200 ml de leche de almendras. Reserva.
- Bate los cubos de cúrcuma previamente congelados con un poco de leche de almendras y sirve en recipientes de cristal hasta la mitad.
- Agrega el helado hasta llenar el recipiente y decora espolvoreando un poco de cúrcuma.
- Ya estás listo para triunfar con esta receta fácil y fresquita.
COLIFLOR AL HORNO CON CÚRCUMA
Si tienes ganas de incorporar la coliflor a tu dieta, toma nota de esta receta. Es sabrosa, rápida, fácil de preparar y muy ligera. Además, combina muy bien con todo tipo de platos...
Ingredientes:
- 1 coliflor.
- 4 cucharadas de cúrcuma en polvo.
- 2 dientes de ajo.
- 1 pellizco de comino molido.
- Pimienta negra molida al gusto.
- Sal al gusto.
- 4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra.
Preparación:
- Lava y trocea la coliflor.
- Lava y corta en láminas finas los dientes de ajo.
- En una olla con agua hirviendo, hierve la coliflor durante 3 minutos. Luego escurre y reserva.
- En un bol, mezcla el aceite, la cúrcuma, las láminas de ajo, el comino y la pimienta.
- En una fuente apta para horno, coloca la coliflor y riega con la mezcla del bol. Añade un poco de sal.
- Hornea durante 15 minutos a 180 grados.
- Coge un tenedor y date el gustazo.
A modo resumen, no cabe duda que la cúrcuma se ha vuelto imprescindible en nuestra cocina y es una de las especias con más beneficios para tu salud, por lo que harás bien en incorporarla a tu dieta diaria. Si tienes en cuenta además que está riquísima, no te quedan excusas para no probarla… ¡Anímate a utilizar la cúrcuma y a dar un toque de color y frescor a tus platos!
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